La habitación para escuchar (1952)




La sala de escucha es una de las muchas pinturas emblemáticas de Magritte, y de mis favoritas, que juega con la percepción y la realidad de una manera única.  La obra presenta una habitación con una ventana abierta, de la que emana un cielo azul brillante y nubes blancas, contrastando con la oscuridad del interior. 

 En primer plano, se muestra un biombo de forma redondeada, que refleja el paisaje exterior a través de un espejo. Sin embargo, en vez de reflejar fielmente lo que está afuera, muestra un paisaje completamente diferente al real, desafiando la lógica y la coherencia visual.  

La combinación de elementos surreales y realistas en La sala de escucha invita al espectador a cuestionar las fronteras entre lo que es real y lo que es imaginario, creando una atmósfera intrigante y misteriosa.


Comentarios

Entradas populares de este blog

El Espejo Falso (1928)

El genio detrás de Magritte

La Traición de las Imágenes (1928–1929)